Diferencia entre impacto y desempeño sostenible
Afortunadamente el conocimiento de la práctica va en aumento y cada vez se exige más profundidad en algunas de las cuestiones que hace unos años eran voluntarias y que ahora son requisito legal. Por lo que se percibía como valor añadido ya no es una ventaja competitiva sino un requisito para continuar operando normalmente.
Sin embargo, hay una pregunta que sigue suscitando muchas dudas y que genera confusión:
¿Es lo mismo cuando hablamos de impacto que de sostenibilidad? ¿Es la inversión sostenible necesariamente de impacto? En resumidas cuentas, ¿cuál es la diferencia, si la hay, entre trabajar tu impacto y tu desempeño sostenible?
Nosotros consideramos que aunque se vean continuamente los términos entremezclados y que se usen indistintamente, se trata de dos enfoques diferentes que no necesariamente son excluyentes el uno del otro. Es más, desde nuestra perspectiva lo positivo y lo que generaría una contribución mayor sería trabajar en las dos líneas. Pero, ¿qué las hace diferentes?
Desde Hands-on Impact definimos la sostenibilidad como “el cómo”, es decir, la forma en que la empresa tiene en cuenta cuales son sus asuntos sociales, ambientales y de buen gobierno más relevantes para sus grupos de interés, analiza las consecuencias positivas y negativas de sus actividades sobre esos asuntos y las gestiona de forma que potencie las primeras y reduzca las segundas. Trabajar, por tanto, tu desempeño sostenible es trabajar el día a día de tu organización, facilitando una mitigación de riesgos y disminuyendo la volatilidad.
En cambio, el impacto es “el qué”, el propósito de una empresa dirigido a resolver un reto global a través de sus productos, servicios y soluciones en el mercado. Es decir, implica tener la intencionalidad de generar un impacto positivo adicional a través del propio negocio o de, al menos, una de sus líneas.

Pero, ¿somos capaces de detectar cuando una organización habla de impacto pero en realidad está gestionando las externalidades negativas propias de su actividad de negocio?
La respuesta a esta pregunta va muy vinculada a un nuevo término asociado al universo del impacto y es el impact washing.
Desde un punto de vista simplificando se puede considerar impact washing a la comunicación de una organización que afirme públicamente que su negocio en general o un producto en particular está contribuyendo a dar solución a un problema o reto de la sociedad pero sin pruebas ni evidencias.
Para ilustrarlo con algunos ejemplos:
- Un producto que manifiesta generar un cambio social o ambiental positivo pero ese cambio hubiera ocurrido de todas formas aunque ese producto no existiera
- Una empresa que se atribuye al completo un impacto positivo pero que en realidad ha sido gracias también a otras empresas, organismos públicos o cambios sociales.
- Una compañía que afirma producir impactos positivos en el medio ambiente cuando está mitigando las consecuencias adversas de sus actividades productivas.
- Una campaña de comunicación y marketing con afirmaciones de generación de impactos positivos sin indicadores ni mediciones que avalen su veracidad o rigurosidad.
Si bien el sector privado va incorporando el desempeño en sostenibilidad en el núcleo de su negocio, aún son muchas las empresas que no tienen en cuenta las externalidades ESG (environmental, social and governance) que producen. Pero como hemos mencionado antes, para generar impacto real no basta con que la empresa gestione sus externalidades en sostenibilidad, sino que es necesario que contribuya a solucionar un problema social o ambiental.
No obstante, desde Hands-on Impact tenemos el convencimiento que una organización que no haya nacido con un propósito de generar un impacto social y/o medioambiental sí puede generar impactos positivos.
De hecho, pocas empresas nacen con propósito de impacto pero no por ello no pueden generarlo a través de algunos de sus productos y servicios mediante el eco-diseño o redefinición de los mismos, el lanzamiento de una solución específica que dé respuesta a un reto global o mediante el apoyo e impulso de otras organizaciones con propósito e intencionalidad.
Aunque la generación de impacto y el desempeño sostenible no son lo mismo, pueden llegar a ser complementarias. Sin embargo, independientemente de que una empresa tenga o no propósito de crear un impacto positivo es responsable de gestionar sus externalidades negativas.
¿Necesitas medir el impacto positivo de tus productos y servicios en la sociedad o el medio ambiente?. ¿Te gustaría mejorar la gestión ESG de tu actividad de negocio?. Contáctanos!