Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
El clima y el símil de la bañera
Por Pedro Olazabal
La bañera es el símil que más me gusta para explicar el cambio climático.
Las emisiones se asemejan al agua que sale del grifo para llenar la bañera.
El agua que sale por el desagüe de la bañera son las emisiones que absorben la tierra y los océanos.
El nivel del agua en la bañera son las concentraciones de CO2 en la atmósfera.
Así, mientras salga más agua por el grifo que la que sale por el desagüe, el nivel del agua en la bañera seguirá subiendo.

Durante 2020 mucha gente me preguntaba cómo era posible que la concentración de emisiones en la atmósfera siguiera subiendo después del año tan duro que se había pasado. La respuesta se encuentra bien en el símil de la bañera.
En 2020 cerramos un poco el grifo (aprox 5%) pero seguíamos vertiendo mucha más agua en la bañera que la que sale por el desagüe. Por tanto, el nivel de agua en la bañera seguía subiendo.
Esto es importante para entender que la curva de Keeling va a seguir teniendo aumentos de la concentración de emisiones por muchos años, es decir, el nivel de agua de la bañera va a seguir subiendo durante mucho tiempo.
Por eso, cuando alguien escribe algo tipo “muchos esfuerzos pero no avanzamos nada, estamos abocados al fracaso” y muestran la curva de Keeling, yo dejo de leer.

Lo que sí que tenemos que ver en los próximos años es una reducción de las emisiones. Es decir, tenemos que empezar a cerrar el grifo gradualmente hasta cerrarlo del todo (o aproximadamente 90-95%). En los últimos años, lo que parece es que el grifo sigue aproximadamente igual de abierto. Ahora toca empezar a cerrarlo.
El símil de la bañera también nos ayuda a entender la idea de los “presupuestos de carbono”.
Si entendemos que a un cierto nivel de agua en la bañera tendremos 1.5°C de temperatura, la diferencia entre mi nivel de agua actual y el nivel del agua para el 1,5°C será el presupuesto de “agua” que nos queda por verter por el grifo. Según el AR6 (sexto informe del IPCC) tenemos un presupuesto de carbono de 400 GtCO2 para el objetivo de 1.5ºC y de 1.150 GtCO2 para el objetivo de 2ºC (probabilidad del 66%).

Habrás oído o leído que nos quedan 6-8 años para evitar una catástrofe. Hay diferentes “relojes del clima” que muestran esto. El director de “Don’t Look Up” también lo dijo

¿Pero de dónde sale esto y cómo puedo ser yo optimista al respecto?
La cuenta que hacen Adam McKay y otros es sencilla. Emitimos unas 50 GtCO2-eq al año y tenemos 400 GtCO2 de presupuesto de carbono (objetivo de 1.5ºC) => 400/50 = 8 años. Es decir, vamos a llenar la bañera en 8 años.
Pero esta frase tiene muchos problemas:
- Si pasamos de 1.5ºC no tendremos un clima inhóspito, ni estaremos en una “catástrofe bíblica permanente”. El IPCC no dice esto nunca. Es muy claro al indicar que es mejor 1.5ºC que 1.8ºC y 2ºC mejor que 3ºC. Sí hay “tipping points” para determinados subsistemas pero no sabemos a qué nivel de temperatura se encuentran. Y no son tipping points (o thresholds) para todo el clima. Más sobre esto, en otro artículo.
- Si vamos reduciendo las emisiones, tendremos más tiempo que esos 8 años. Los datos muestran que el objetivo de 1.5ºC es altamente improbable pero otros objetivos son muy posibles. De eso va esta serie de artículos.
- Van a pasar los 8 años, no habremos reducido drásticamente las emisiones, y no estaremos en una “catástrofe bíblica”. Entonces este tipo de frases generan mucha incredulidad sobre la “ciencia del clima” (repito, esto no lo dice el IPCC)
- Si solo quedan 8 años, entonces para qué hacer esfuerzos de mitigación. ¿No sería mejor dedicar todos los recursos a la adaptación a ese nuevo clima?
No debemos caer en pronósticos apocalípticos y desalentadores, sino enfocarnos en la toma de decisiones informadas y en acciones para mitigar los efectos del cambio climático. Reducir las emisiones y trabajar en soluciones sostenibles nos brindará más tiempo y oportunidades para abordar los desafíos venideros.
La ciencia climática es clara al afirmar que cada esfuerzo cuenta y que el trabajo conjunto puede marcar la diferencia en la búsqueda de un futuro más sostenible y resiliente para nuestro planeta.