A menudo, cada vez que una empresa, gestora, fondo o persona se interesa por el mundo de la sostenibilidad suele sorprenderse de que los ratings ESG sean tan diferentes.
Es algo sobre lo que reflexionamos todos porque sería ideal poder tener un índice de referencia que nos dijera “esto es sostenible y esto no lo es”. Pero una vez que uno entiende cómo se construye un rating ESG, entonces pasa a comprender que lo normal es que sean diferentes. Lo raro sería que fueran similares.